Érase una vez un pirata que surcaba los siete mares. Buscaba un tesoro en una isla. Después se encontró a un hombre muerto con una espada. Quince días más tarde el pirata se despertó y el barco estaba destrozado por los tiburones.
Quedaban tres trozos del barco y tuvo una idea. Los tres trozos que quedaban los usó para ir a la isla. Diez días más tarde, el pirata estaba incosciente porque había sido atacado por un pulpo. Despertó y se alejó nadando. Los tiburones estaban al lado de él. Llegó otro barco y le salvó la vida.
A los cuatro días encontró una gran isla. El pirata se asustaba, los pelos le saltaban como si fueran pulgas. Estuvo luchando con una serpiente y el pirata con la espada la mató. Excavó y encontró el tesoro. En vez de irse, fue a dar la vuelta y le engañaron y no le recogieron. Y así acaba la historia.
Autor: Francisco Javier Romero Martos